sábado, 1 de septiembre de 2018

Taganga, capital de la prostitución infantil.


Hoy me detuvo la policía, algo bastante usual en mi estadía en Colombia, pero esta vez fue diferente y quiero trascribir el dialogo:
-          Disculpe señor, estamos haciendo una campaña para concientizar a la gente sobre la explotación sexual infantil en la costa. Si usted sabe o conoce de algún delito de esta clase, este es el número (114) al cual debe llamar para denunciar. – dijo mientras señalaba un banner y la fotógrafa aprovechaba ese momento para sacar unas fotos del policía adoctrinando al gringo.
-          Claro que sé dónde se comente ese delito, todos en Taganga lo saben.  – contesté.
-          Quizás a usted porque usted es turista, le llega esa información y a nosotros no. – se apuró en contestar intentando disuadirme.
-          Es allá – lo interrumpí señalando con la cabeza el lugar donde todos conoce que sucede ese aberrante delito, donde se prostituye a niñas menores de edad, se las droga, se las vende y nadie hace nada. Y pareciera que son solamente una atracción turística mas del lugar – y usted lo sabe.
Su mirada de desconcierto me alegró el día.
-          Usted lo sabe – volví a repetir - ¿Así esta bien la denuncia o tengo que llamar al 114?
-          Gracias por su tiempo – me cortó en seco.
      Lo miré y esbocé una sonrisa. Él bajó la mirada y se fue. Al fin y al cabo, qué más se puede esperar de un policía.
-          No, gracias por el suyo.

Por German Rodriguez.


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