viernes, 21 de abril de 2017

Aleluya y Fora Temer (un viaje por el nordeste brasileño)

El inconsciente colectivo nos susurra playas, carnaval, morochas exuberantes y pretos fornidos pero la realidad Brasileña nos da una trompada en la cara y nos muestra de lleno pobreza, piperos, locura y violencia. Por las noches y no solo por las noches, las calles desnudan un tercer mundo en caída libre. La gente escupe a Jesucristo en cada oración y el los escupe a ellos en cada esquina. Los abriga con cartones, les enciende la pipa y les da de comer como perros en la plaza. Oremos por eso y por el prójimo, que se cae a pedazos mientras la limosnera se llena y los evangelistas siguen predicando mierda a los gritos desde edificios cristalinos al costado de la favela. Aleluya y Fora Temer gritan las paredes y los desahuciados kayasa y macoña para olvidar la locura. Amen por la policía también que apunta y luego pregunta como dicen los libros de un estado corrupto y golpista. Porque dios nos ama a todos, o al menos eso dicen las remeras.


lunes, 17 de abril de 2017

Vida (in) Sana

 La luz me cegó cuando oí el primer disparo. Reí en un mero acto de inconsciencia. La segunda descarga dejó ver un aura de fuego y humo en la noche. El sonido se escuchó por toda la montaña. Volví a reír. Era una declaración de principios. Ya nada importaba realmente ¿Por qué no arriesgarse a que todo valga la pena? Pensé. La respuesta era una verdad demasiado limpia como para pensarla con un escopeta apuntándome directo a la cara.  Decidí dejar de reír. Al menos un poco. El camino de vuelta fue breve, la pendiente no tanto. A veces uno no sabe cuándo está cayendo. El tercer disparo no lo oí.
¿Cuánta mediocridad hace falta para arriesgar la vida? 
Me pregunté antes de tocar la maleza.