sábado, 6 de agosto de 2016

Mila

Claramente esto no se trata de mí, ni de como uno se logra sentir ante semejante acontecimiento. Todos erran al pensar en el por qué y en el cómo, cuándo la respuesta está más allá de eso y es mucho más sencilla, pero ¿Por qué preguntárselo? En esa disyuntiva se encuentra todo, justo ahí. Frente a nosotros. En la decisión. En lo inobjetable de una soga pasando por tu cuello. Apenas logro imaginarlo, descifrarlo en mi cabeza, una sensación extraña, algo vacilante transita por mi cuerpo. Un escalofrió que jamás había sentido, pero eso tampoco importa. Por qué no se trata de mí, es acerca de ella. De su vida y de su muerte. De la devoción en la tragedia.

 Retrocedo en recuerdos y anécdotas borrosas, exageradas pero al menos reales. Vividas. Por las noches, solo por las noches, recuerdo su mirada. Sus ojos parcos e insensibles. Eternos en sensaciones perdidas. ¿Habrá sido aquella su última mirada? ¿Habrá tragado saliva y odiado a Dios antes de hacerlo? Yo creo que sí. Que jamás se decepcionaría así misma. No podría. No pudo. Pero nosotros si podemos hacerlo. Podemos decepcionarnos y seguir. Odiarnos y seguir. Arrodillarnos y seguir. Pero ella no. Era más que eso.

Por German Rodriguez


2 comentarios:

  1. Es doloroso que se haya perdido una artista. No la conocía pero como músico de la ciudad me parece muy triste y angustiante. Cuidado con santificar el suicidio, que hay todavía muchos jóvenes y adultos sufriendo.

    ResponderBorrar
  2. Totalmente de acuerdo, en el texto no trato de justificar o alegar a favor del suicidio. Todos sabemos que es una situación triste, tanto para el suicida como para su entorno. De eso se trata, de lidiar con ello. Que no es sobre nosotros, es sobre ellos.

    ResponderBorrar