jueves, 4 de mayo de 2017

Blancos

Nos encontramos en el desencuentro, en el exacto momento donde ambos habíamos arruinado nuestras vidas.  En donde lo imposible era realmente imposible pero, claro, no lo sabíamos. Por eso nos enamoramos porque era inútil y no hay nada más interesante que un amor sin futuro y  aunque la mayoría de los amoríos carecen de uno, al menos si tienen un comienzo. Algo. Una mirada. Todo empieza en una mirada. Siempre. Lo bueno y lo malo. Todo. Por eso aún recuerdo su mirada triste encaminándose al final. Un final  que no pudimos esquivar o tal vez solo no lo intentamos lo suficiente.