viernes, 21 de febrero de 2020

Días sin camino.



(casi)
siempre estoy solo.
Por las noches,
visito
playas desiertas,
parques alejados,
bares desolados.
Me agrada esa
soledad abrasiva
que te aleja de todo.
Esa
es mí forma de sobrevivir.
Sin ese tiempo
de reflexión
me volvería loco.

Intento huir
de las aglomeraciones
de personas.
Evito
fiestas concurridas,
reuniones familiares,
bares populares con
cuerpos sudorosos
y
, sobretodo,
las conversaciones laborales.

Sé que hay otros
seres como yo,
sentados en algún rincón.
Disimulando,
fingiendo risas,
emborrachándose en silencio,
mientras
esperan
la oportunidad de huir
sin que nadie los vea
y volver a encerrarse en
su minúscula habitación
a escribir algunas líneas
o a caminar
por lo profundo de la
noche
sin ninguna compañía
más que sí mismos
y el disfrute del silencio.
Salud por ellos.

Por German Rodriguez.