En un paralelismo simple,
una estrella fugaz es un pensamiento que no llegamos a procesar, un sentimiento
inconcluso. Una sucesión incompleta de nada y de todo al mismo tiempo, de
deseos y pretensiones imposibles. En un plano más complejo, es ella. Es èl. Es una mano
entrelazada. Una caminata por la playa. El gol de tu equipo preferido. Los ojos
de tu mama. Es la clarificación de nuestros anhelos más íntimos, los mismos que
nos asustan y nos hacen seguir adelante. Un deseo inalcanzable por el cual vivimos.
La imagen con la que soñamos y que por una milésima de segundo es real. La
podemos ver, sentir, oler, escupir. Se cumple en nuestra mente y eso la hace nuestra,
indefinidamente nuestra pero ¿Por qué depositamos el
azar en el cielo? Si solo somos una explosión de tiempo y espacio corriendo sin
retorno hacia ningún lugar. Si solo somos poesía barata sobre estrellas
fugaces. Si solo somos estrellas fugaces.
Por German Rodriguez