En un rincón escondido de la comunidad Mamai en el fondo
del Amazonas, el escarabajo negro selecciona destinos. Enviado por los sabios
Quierecs al inicio de cada cosecha desde los tiempos inmemorables
del chamán Craun- Uka, el escarabajo, guiado por los Dioses, vuela a
través de los cinco continentes en busca del elegido. Al llegar a la región de
Chaumin, en las praderas del monte Riuen, el escarabajo se posó sobre la nariz
de uno de los discípulos del maestro Hai. Éste intentó disuadir al insecto de
que se aleje pero el escarabajo estaba seguro en su afán y permaneció aferrado
al joven. El discípulo preguntó a su maestro que hacer. Hai medito un momento y
susurró que en el amazonas él debia averiguarlo. Los dioses lo habían elegido.
Sorprendido pero alagado Krain cruzó la mitad del mundo en una embarcación
mercantil, que se dirigía al rio Preto a cargar té, en busca de aquella
respuesta. Krain navegó por espacio de seis meses y se enriqueció en el arte de
la pesca, la meditación y las constelaciones. Jugó de amores con una nativa,
llamada Lian y sus ojos alcanzaron
bellezas de las cuales desconocía su existencia. Al llegar a la región de
Mamai, cruzó a pie el sendero de Fraijs y se aventuró por la selva amazónica
durante una semana guiado por la constelación Zua, como su enamorada le había
enseñado. El día que arribó a la vieja aldea de los Quiercs, vio a un hombre
mayor meditando junto al rio. Alentando por sus enseñanzas se sentó frente a él
y durante dos días permaneció en silencio. Al tercer día, él sabio amagó a
abrir los ojos y en un pestañeo veloz
suspiró - El destino en el camino y no al final- Entonces Krain se
levantó y se fue en silencio.
Por German rodriguez.