domingo, 5 de marzo de 2017

Serendipia

Ella rompió la carta frente a mí como si no le importaran las palabras. Cuatro fueron los pedazos. Dijo que no le gustaban los regalos. Me escupió sin saberlo, pero tampoco importó 
¿Realmente es tan divertido tener el control?

Volví a escribir otra carta. Esta vez la guardé. Caminamos a la par casi sin hablarnos. Ella sonreía a los extraños. Tan solo recuerdo que hacía mucho calor. Tomé la carta de mi bolsillo y la arrojé al mar. ¿Qué tiraste? Me preguntó. No supe que responder. A veces los sueños tardan en despertar. Desde ese día no la volví a soñar.


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