Llegó una
voz grave y rasposa desde mi interior. Atragante palabras que quise escupir y
nada salió. Ni odio, ni respuestas. Pensé demasiado, mucho más de lo que debí
permitirme. ¿Nos perdimos en algún lado? ¿O nunca estuvimos realmente en ningún
lugar? Algo ha desaparecido. En mí. En nosotros. Se que algo se perdió, se
extravió entre los sucesos, escondiéndose detrás de las mentiras y no sé qué
es.
El amor es la
incógnita de la soledad, es la represión absoluta de uno mismo. Se carga en el
pecho, se arrastra y revuelca en su propia avaricia.
Repito. Algo se perdió,
se desquebrajo en miles de pedazos asimétricos. Como palabras repetidas en mi
cabeza. Textos que ya he escrito. Rompecabezas imposibles de completar.
¿Podríamos
buscarlo juntos? Al menos una vez más. Para volver a tropezarnos con aquello
que nos lastimo. Con esa vaina afilada de errores y desconciertos llamada amor
que nos partió al medio.
Por Germán Rodriguez
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