martes, 14 de febrero de 2017

Propuesta

Era una clara ruptura con el marco teórico del amor. Totalmente atemporal. Memorable. Ese instante que sabemos, recordaremos y luchamos por pulir cuando está sucediendo. Una imagen en el tiempo. Clavada. Viva. Una contemplación de dualidades dispares que sonrojan el orgullo. Un enredo de palabras como estas. Quizás solo el recuerdo alcance. Tal vez no. Un recuerdo jamás es un buen consuelo. Apenas una imagen que no es y seguramente nunca fue tampoco, como si  hubiese sucedido.

Sus nombres apenas los recuerdo pero podría decir que nunca los supe. No importa. Él estaba de rodillas como lo estaría toda su vida. El amor verdadero nunca espera, se levanta y golpea. Dijo algunas palabras que tampoco recuerdo, y las lágrimas empezaron a brotar de sus  ojos. Ella no respondió. Su mirada lo hizo por ella. Los segundos pasaban brutalmente reales y ella no respondía. Creo que  realmente nunca lo hará. La escena perdió sus pequeños gajes de romanticismo. Le sedujo la idea de decir algunas palabras pero nada parecía oportuno. El aire consumido de resignación entraba palpable en sus pulmones. Ella dijo sí.


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