- La primera vez
que me dijo te amo, fue como si mi respiración se paralizara. Como si mi
universo solo se moviera a través de esas dos palabras. Quise responder con un
sinfín de emociones pero nada salió de mi boca. Ni una sola palabra. No pude
hacerlo. Esa expresión de amor, me había golpeado tan duro que no podía
reaccionar. Me había noqueado con una sola mirada. Hubiese detenido el tiempo,
el mundo en aquel instante. En aquella fracción de segundo donde ni siquiera
las palabras existen. Así la recuerdo, a pesar de toda la mierda que vivimos
juntos, la recuerdo con su mejor cara, con su sonrisa resplandeciente. La
recuerdo tropezándose por la calle, levantando el menique para alzar el vaso,
riendo de un chiste que no entendió o poniéndole mucho picante a la comida. En
los detalles, la recuerdo en los detalles de mi día. En cierto punto, me
acompaña. Eso es una especie de consuelo. Al menos lo es para mí.
P Por Germán Rodriguez
F Fotografía: Mara Sosti
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