Una mirada, solo eso, puedo ofrecerte. Sin
promesas, ni certezas en mi mochila, es todo lo que tengo. No hay mucho más en
mi ecuación y sé que se encuentra bastante lejos de la perfección, lo siento.
También cargo algunos arrepentimientos y aunque ya no es tiempo de perdones, lo
lamento de todas maneras.
Ya no queda nada de nosotros, solo algunas oraciones sucias con tu perfume que una parte de mí se rehúsa a olvidar. Se niega a dejar de escribirte, como si mi literatura ya no fuese mía, como si la hubiese perdido cuando te vi por última vez.
Ya no queda nada de nosotros, solo algunas oraciones sucias con tu perfume que una parte de mí se rehúsa a olvidar. Se niega a dejar de escribirte, como si mi literatura ya no fuese mía, como si la hubiese perdido cuando te vi por última vez.
Por Germán Rodriguez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario